Más de 120.000 despidos han provocado una fundamentada preocupación de Senadores y Diputados de la Nación que obliga a buscar alternativas para detener ese flagelo en el sector público y privado, que afecta a los trabajadores y a miles de familias argentinas.
Pero en esa búsqueda hay que dimensionar que en el sector privado, y especialmente en las pequeñas y medianas empresas, esa situación ocurre por la caída en los niveles de producción provocada por la retracción en la demanda de consumo, por la casi nula demanda de inversión, por la aceleración de la inflación, y por las altísimas tasas de interés del mercado.
En esas condiciones, implementar la doble indemnización crearía niveles de conflictividad alarmantes para las PYMES, especialmente en las más pequeñas, que llevarían al cierre definitivo de muchas de ellas.
Miremos la economía con seriedad y franqueza:
Las empresas no pueden operar en una economía donde el Banco Central fija tasas de referencia del 38%. Las PYMES se están financiando al 70% anual o más, transfiriendo cotidianamente hacia el sistema financiero y especulativo una masa de recursos que deberían ir a la producción y al empleo.
Hay empresas que no pueden resistir un ajuste tarifario brusco como el que se hizo. Entendemos que la energía es un recurso escaso y el ajuste era necesario, pero se hizo en forma brutal, sin gradualismo, dejando a muchísimas empresas mal paradas.
No olvidemos que los empresarios enfrentan una presión fiscal inédita, que asfixia y desincentiva a todo.
Ciertamente que estamos viendo un aumento preocupante en los niveles de despidos, que estimamos arriba de los 120 mil en lo que va del año. Las PYMES en cambio, están resistiendo todo lo que pueden a sus trabajadores. Resisten a pesar de los problemas serios que enfrentan. Resisten a pesar que todos los días vemos como cierra alguna nueva industria o comercio en el país, y en esa situación, la doble indemnización traería más problemas que soluciones.
La Argentina debe dejar de pensar en analgésicos para calmar el dolor sin tratar el problema. Lo urgente es reactivar la economía, y para eso hay que bajar las tasas de interés, implementar incentivos fiscales para impulsar la inversión y el empleo en las PYMES, y agilizar los procesos para mejorar la liquidez de la empresa y darle mayor capacidad de respuesta frente a la crisis actual.
Vicente Lourenzo | Osvaldo Cornide |
Secretario de Prensa | Presidente |