Mientras los argentinos aún digieren el 8,4 por ciento que arrojó el Indice de Precios al Consumidor (IPC) para abril con una inflación interanual del 108,8 por ciento, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) difundió este domingo el Indice de Precios en Origen y Destino (Ipod) a partir de datos aportados por todas las economías regionales del país. El dato es lapidario: el mes pasado, los precios de los agroalimentos se incrementaron casi cuatro veces desde el campo a las góndolas. Es decir, que los consumidores pagaron 3,9 pesos por cada 1 peso que recibió el productor. Y eso se siente en los comercios rosarinos.
Lo preocupante es que, en promedio, la participación del productor en los precios de la venta final fue solo del 23 por ciento. Y dentro de este porcentaje, se puede desglosar que la mayor participación la tuvieron los productores de huevos, con el 52,9 por ciento, y la menor la obtuvieron los huerteros de limón, con el 5,9 por ciento.
Además, Came estableció la “brecha” en los productos frutihortícolas y en los ganaderos a través de dos subindicadores.
El Ipod “del campo a la góndola” es ilustrativo. Los precios de las 19 frutas y hortalizas que integran la canasta se multiplicaron por 6,7 veces en abril. Es decir, un 13 por ciento más en valores absolutos con respecto a marzo; incremento explicado, en gran parte, por productos como la lechuga, el pimiento y el tomate redondo.
Y en cuanto al Ipod “ganadero” se evaluaron los cinco productos y subproductos ganaderos que componen la canasta. El consumidor abonó 3 veces más de lo que recibió el productor.
El presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y secretario general de Came, Ricardo Diab, dijo que este desfasaje entre lo que reciben los productores y lo que paga en góndola el consumidor se da porque “aumentaron los fletes y combustibles. Además, todo producto tiene un mínimo de un 50 por ciento de impuestos, y hay que agregar a la lista el packaging, costo de marketing, las variaciones de los productos estacionales, y el porcentaje que le agregan en los supermercados o verdulerías. Esto se ve reflejado todos los meses. Existe mucha intermediación dentro de esta cadena productiva”, remarcó.
En tal sentido, dijo que, a modo de ejemplo, “un artículo que llega de Mendoza a Rosario tiene costos de flete, embalajes, distribuidores mayoristas y minoristas, impuestos. Siempre el más perjudicado de la cadena es el productor” y remarcó que “habría que generar mecanismos más transparentes en cuanto a la intermediación y entender que el transporte es un medio muy caro en la Argentina”.
El titular de la Cámara de Supermercadistas de Rosario, Sergio López, admitió en tanto que los datos que tiene la entidad son similares a los que difundió la Came. “Ellos se nutren de información de nuestro sector, le aportamos números que nos llegan con los productos terminados. No cabe la menor duda de que la brecha es cada más que importante. Las causas son varias y de acuerdo a este informe principalmente se trata de productos que están atados a la estacionalidad, lo cual fue siempre así, además del contexto inflacionario que vivimos”, indicó.
Por su parte, el vicepresidente de la entidad, Sergio Cassinerio, indicó que si bien a primera vista es demasiada la brecha, “hay que analizarla detenidamente. Pareciera que la cadena entre productor y comercio final tiene dos eslabones y la verdad es que no es así. Hoy desde el productor hay varios pasos y procesos que no se tienen en la consideración adecuada, pero que influyen de manera determinante. Cuando el producto después de los distintos procesos llega al comercio, este aplica el costo de su estructura , el costo de comercialización y la utilidad, que como número limpio debe andar entre el 2 y el 3% como mucho. Y además, se deben considerar factores que están fuera del alcance, como los climáticos y los precios internacionales”, precisó.
Costo de vida
Para complementar el cuadro de situación, además de cómo impacta la intermediación entre productor y consumidor, el Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac) elaboró su tradicional índice de precios para una familia tipo (pareja con dos hijos) y resultó necesario reunir 284.893,47 pesos mensuales.
Y si se analizan los gastos de consumo masivo se detecta el impacto en el bolsillo de los productos de primera necesidad en la economía doméstica. En comestibles con 39.101,16 pesos; carnes con 41.453,77, productos de limpieza con 7.653,38; frutas y verduras: 16.411,17 y finalmente bebidas con 12.968,8 pesos.
El resto de lo que hay que reunir para ser algo parecido a la clase media se lo llevan los alquileres e impuestos con 42.518 pesos, servicios de vivienda con 25 mil pesos,
Comparado los productos de marzo contra abril, se desmarcan los comestibles envasados, con el 11 por ciento de aumento; las carnes, con el 9 por ciento, y los productos de limpieza con igual porcentaje. Estos tres artículos se ubicaron por encima del índice inflacionario divulgado el viernes pasado por el Indec, del 8,4 por ciento.
Ranking por productos
Came midió la mayor brecha y la menor en cuanto al índice de productos de origen y destino del mes pasado. El de mayor margen al mes fue el limón, con el sorprendente dato de 16,9 veces de suba entre quien produce el producto y la góndola. Luego se ubicó la cebolla con 15 veces, la naranja (10,1), la mandarina (6,9) y la zanahoria (6,7), fueron los 5 productos que presentaron mayor diferencia entre los precios de origen y destino.
Entre los productos que presentaron menor diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor, se encuentran tres productos de origen animal, una fruta y una hortaliza.
En el caso de los huevos (1,9 veces), es el producto con la brecha más baja del mes, y el pollo (2,3) y la acelga, se incrementó 1,9% al productor.
La leche, otro de los productos de origen animal, presentó el mismo comportamiento que los huevos: en destino subió un 9%.
El ranking y el informe habitual de Came se dan en un contexto particular. Entre las medidas que se anunciarían este semana no se descarta importar frutas y verduras.
Fuente: La Capital.