El presidente de la Asociación Empresaria dijo que se frenaron algunas operaciones pero no hubo pánico. El titular del Centro de Almaceneros dijo que aún no llegaron nuevas listas y aseguró que las empresas proveedores hicieron un “colchón”.
La devaluación del 22% que llevó adelante el Banco Central generó inquietud sobre su impacto en los precios. Los comerciantes se mostraron en alerta ya que los importadores “no atendían” el teléfono cuando querían consultar sobre el ajuste que podría darse con un dólar oficial en $ 350. En almacenes y autoservicios estaban a la espera de la llegada de nuevas listas de precios de productos de consumo masivo, aunque todavía no tenían información oficial. Frente a la incertidumbre, los consumidores se mostraron cautos y no hubo aumento en las ventas durante el lunes.
Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) y secretario de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), consideró que “siempre una devaluación del tipo de cambio oficial tiene consecuencias y genera incertidumbre en el mercado”. Por otra parte, este corrimiento “sigue disparando el dólar paralelo”.
“Los comerciantes nos dicen que los importadores no atienden los teléfonos, eso genera mayor incertidumbre y cada uno trata de resguardarse”, dijo. Aunque el impacto de la devaluación depende de la vinculación del producto con el dólar, “algunos hacen ajustes a ojo hasta ver cuál es la realidad, otros comercian con una factura abierta en dólares”, detalló y apuntó: “Hay una distorsión dentro del mercado mismo”.
Diab aclaró que pese al escenario devaluatorio, nadie salió a hacerse de mercadería, pensando en que conseguiría mejores precios que a futuro. “La gente no salió a comprar, no hay una gran avalancha ”, resaltó.
Para el dirigente local los precios se van a mover “conforme la incidencia que tenga el dólar en su composición de producto y origen” y destacó que “todas las transacciones se terminan haciendo al dólar paralelo, por más que se compra al dólar oficial, esa es la realidad”.
Para el que tenga algo de efectivo en el bolsillo, o algún resto en la tarjeta de crédito, la oportunidad del mes podría ser la compra de indumentaria. Es que como es fin de temporada es momento de recambio y “el comerciante necesita hacerse de efectivo, necesita vender”.
“Estamos en una época de liquidación de temporada y no se pueden quedar con la mercadería, necesitan para futuro. El pequeño comerciante necesita facturar día a día y muchas veces resigna ganancias para poder concretar la operación”, reseñó y advirtió que “no vamos a ver grandes variaciones” en este rubro.
Almacenes y autoservicios
Por su parte, Juan Milito, presidente del Centro Unión de Almaceneros de Rosario, se mostró sorprendido por la magnitud de la devaluación, aunque aclaró que durante el lunes no llegaron nuevas listas de precios y “las empresas vendieron con normalidad”. Según su análisis “los márgenes y colchones están aplicados” y, además, “no se van a fundir por no tocar los precios en estos días”.
De hecho, el Indice de Precios de Supermercados (IPS), que elabora el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso), muestra un incremento de sólo el 1,3% en relación con la semana anterior. El 9,4% de los productos relevados registraron incrementos.
Ese valor es considerablemente menor que la semana anterior, en la cual un 34,7% de los productos habían registrado incrementos semanales. Es que hace siete días, el “colchón” al que se refirió el titular del centro de almaceneros, se había aplicado: el índice había saltado 2,9%.
A Milito le preocupa especialmente la baja del consumo que viene registrándose desde mitad de junio en adelante. “Vemos una caída en las ventas importante, no alcanza la guita. Mucho no se puede especular. Las ventas cayeron entre un 6 y 8%”, estimó.
Milito explicó que en esta oportunidad no se ve tanto un paso a las segundas marcas sino que los rosarinos comienzan a preguntar más cuanto valen los productos por temor a no poder llevarlo. Además, explicó que hay un reacomodamiento del consumo, no compran fiambre y queso y sí fideos y polenta. También advirtió sobre “el fenómeno de fin de mes, que cada vez se hace más temprano, y en la última semana del mes se nota la falta de dinero”.
Fuente: La Capital.